Junio y Julio nos saludan con BREVAS.
Parece que nos está costando volver a la rutina , al trabajo y a la actividad normal que dejamos hace unos meses.
Esto está siendo como un mal sueño del que nos cuesta despertar.
Hemos saltado del invierno para caer directamente en un verano desconocido e incierto.
Cambiamos lo largo por lo corto, lo abrigado por lo ligero, los cocidos por los gazpachos, es época de melón y sandía… y los huertos nos centran en tiempo y forma.
El nuestro nos grita que estamos en junio porque ya hay BREVAS, ellas que aparecen entre junio y julio, para dar paso a los higos de agosto a octubre.
El árbol es uno de los más bonitos y curiosos que conozco, ese tronco retorcido con las hojas aterciopeladas que invitan siempre a ser dibujadas. y no sé porqué ( tendrán la culpa los libros en los que describen las higueras), siempre me transporta a los jardines de otra época.
Las brevas son algo más grandes aunque menos dulces, su color es morado, la carne puede ir del blanco al rosado intenso. Mientras que los higos son pequeños, muy dulces, de color verde por fuera y por dentro van del blanco al rosado suave.
Las brevas realmente son higos que no han llegado a madurar en otoño, conservándose en estado latente sobre la madera durante el invierno, alcanzando su madurez en la primavera siguiente.
De ahí el dicho «de higos a brevas», que se suele utilizar para decir que algo ocurre cada bastante tiempo.
Son de las frutas más ligeras y nutritivas, un 80% de su composición es agua, además aporta carbohidratos, vitaminas del grupo B, pro vitamina A, minerales como el potasio, el magnesio el calcio, fibra y sólo aportan unas 70 kcal. por cada 100 gramos y se considera una fruta que favorece la digestión.
Muy de moda ahora entre los adeptos a la «real food» , pasó de ser un manjar navideño a incorporarse de lleno en la alimentación diaria.
Nos hemos acordado de ellos, porque en nuestra finca de EL ALMENDRO DE MARIA, nuestras higueras ya apuntan y durante estos días es posible que nuestros visitantes puedan degustarlos frescos.
Se pasan muy rápido y si os gustan en mermelada podréis disfrutar todo el año de ellos para acompañar al queso tanto fresco como curado o incluso utilizarla en salsas para las carnes a la parrilla.
Ingredientes para hacer una mermelada (aprox. 800 gramos de mermelada)
700 gramos de higos (pesados una vez pelados),
110 gramos de azúcar blanquilla,
110 gramos de azúcar moreno,
1 cucharada de zumo de limón,
70 ml. de agua,
½ vaina de vainilla
Pon los higos en una olla con el agua y los dos tipos de azúcar, añade el zumo de limón y la media vaina de vainilla.
Pon la olla al fuego y ve moviendo de vez en cuando. Cuando entre en hervor baja el fuego y deja cocer unos 20 minutos removiendo de vez en cuando. Si los higos no se han deshecho totalmente con el calor, tritura con la batidora de mano (retirando previamente la vainilla).
Cuando retires la mermelada del fuego estará bastante ligera todavía, no mostrará textura de mermelada, pero una vez que se haya enfriado completamente estará perfecta. No obstante, deja entibiar la mermelada de higos en la olla en la que la has elaborado, después pásala a los tarros con tapa hermética y procede a hacer la conserva o si la vas a gastar pronto, espera a que se enfríe, tápala y reserva en el frigorífico.
Y si estos días nos visitas, seguro que el abuelo Carlos estará cerca para invitarte a que los pruebes.
*(Fotos e información: la flor del calabacín, agroterra y wikipedia)